Ursula Eichenberger

Ursula Eichenberger - Viagens Maravilhosas

Técnica: Collage

Biografía del Artista:

 

Dueña de una estatura típica de las mujeres del centro de Europa, se podría decir que Úrsula no pasa desapercibida, si no fuera porque su sensibilidad artística destaca por encima de todo lo demás. En 2007, un tren interurbano la llevó desde Lisboa hasta el norte del país. "Para conocer Portugal, por curiosidad", dice. Cuando vislumbró el mar de Espinho, pensó que tenía que detenerse en la siguiente parada. "Cuando vi el mar... Es muy bonita. Decidí irme. La luz, el mar, el entorno, los pescadores... un pueblo tan genuino". Y fue en el contacto con el pueblo de Aguda donde se inició la pasión entre Úrsula y Portugal. Inspirada por el entorno que la rodeaba, la artista se dedicó al arte figurativo, retratando a través de la pintura la vida sencilla de aquellos pescadores. Rebelión y creación Úrsula nació hace 57 años en Winterthur en el seno de una familia ortodoxa en lo que respecta a la educación. Sin embargo, la rebeldía de Úrsula pronto demostró ser reacia a las convenciones y a la edad de 20 años abandonó la casa de sus padres. En ese momento, Úrsula también dejó atrás sus estudios de Bellas Artes y se dirigió a una desconocida Suiza. "Fui a Suiza a trabajar en hoteles, hice estos trabajos para sobrevivir. Estuve allí dos o tres años", dice. El artista estudió periodismo en Zúrich e incluso ejerció en Lucerna. Poco después, el deseo de cambiar su vida volvió a sonar con más fuerza y Úrsula y su futuro marido se mudaron a Italia: la idea era convertirse en agricultores. Y durante 19 años esa fue la vida que llevó. Pero la voluntad de crear, esa, nunca la abandonó. A medida que la vida tomaba diferentes contornos, también lo hacían sus obras. Si en Italia utilizaba "colores tierra, ocres, marrones, verdes", cuando llegó al norte de Portugal los pinceles se volcaron más hacia "tonos fríos, el cielo, el agua, el viento. En Italia fueron los tonos más cálidos, aquí es más azul", reflexiona mientras el cigarrillo cuelga de sus dedos y su mirada se pierde en las numerosas obras que bordean su apartamento.