"Te quedas solo con la imagen y su error; nunca puedes retroceder para comparar, aunque la cuestión de cómo se hizo todavía está presente".

Lo que parece ser una pintura, en realidad es una fotografía. Nos encontramos con lo incorrecto de las imágenes, o mejor dicho, con nuestra apreciación de ellas. Lo que parecen ser líneas pintadas bidimensionales, curvas, rectángulos, arabescos, planos de color o geometrías abstractas con sombras, son de hecho objetos tridimensionales cuidadosamente dispuestos, brillantemente iluminados y aplanados en un solo plano seductor por la lente de una cámara.

El ojo reconoce pero no puede desentrañar completamente la distorsión; la mente revolotea entre diferentes posibilidades. Sin embargo, no surge una realidad establecida ¿Cómo es que un círculo negro nos mira directamente, mientras que el otro yace plano y en escorzo?