Es cuestión de tiempo
La exposición centra su discurso en la inseparable problemática del espacio-tiempo y surge de la reflexión en torno a cómo los pequeños cambios pueden condicionar la percepción, ficcionando la realidad.
El color y la luz son las protagonistas de una muestra en la que las obras se unen alrededor de esta ficción sujeta al constante devenir del tiempo. La exposición vuelve a revisar ideas como deshabitar, romper, doblar, reflejar, observar ritmos, tirar del hilo o leer entre líneas, pero desde una perspectiva evolutiva sujeta a los cambios en el tiempo.
Tomando como referencia la filosofía platónica que postula una dualidad en la realidad diferenciando entre el Mundo sensible y el Mundo inteligible, Lara imagina un cosmos en constante cambio formado por geografías de fieltro móviles, circunferencias de barro que emulan un sistema solar o una luna de hormigón.