Color
"La luz como camino y como meta; la metáfora, la filosofía y la estética como búsqueda y a la vez hallazgo. El misterio, las tensiones, la precisión, la poética, las fugas, la vida, el cosmos. Esos son los músculos que mueven la obra de Pablo Armesto (Schaffhausen, 1970), nuevo invitado en Aurora Vigil-Escalera Galería de Arte, entre cuyas paredes construye, a modo de exposición de cámara, una prolongación del Museo de Bellas Artes de Asturias, donde semanas atrás levantó los sillares de la arquitectura que sostiene su presente, del nuevo y brillante proyecto que ahora consolida aquí, en Gijón, como una alianza deslumbrante con el color, al que regresa tras más de una década de transitar entre los blancos absolutos y los negros rotundos, muchas veces sosegados en grises. De hecho así, ‘Color’, se titula esta muestra que supone un cambio estético, pero no ético. Mantiene Armesto criterio, filosofía, valores y resplandor. Laten en él el alma cósmica que define su pretérito perfecto, el mismo espíritu y las mismas energías. La poderosa alianza entre la plástica y la luz, la geometría que lo conjuga todo, los tránsitos, la inquietud, los símbolos. Los versos de la materia y del espacio. Esa parcela interior del artista, que indaga, investiga, se pregunta y acaba volcada en las paredes a modo de pinturas volumétricas o en esculturas exentas elevadas sobre el suelo, a veces pendientes del techo, en las que los lenguajes y las intenciones creadoras se alimentan, dialogan y se combinan. Te miran y se dejan mirar, a través de sus nervios de luz, como un imán irresistible, casi hipnótico, que te invita a entrar en sus enigmáticas constelaciones. Esas bellísimas formas estrelladas, a las que en algunas obras parece haber peinado con una vía láctea y que tienen en su conjunto el poder de una atmósfera onírica, pero que están dominadas por la voluntad de un universo en el que el principal habitante es, sin duda, la razón."