‘Fragmentos de una obra inacabada’
Las obras de arte están preparadas, sin duda, para cualquier eventualidad y pueden responder y amoldarse a más de una teoría o incluso a estar por encima de cualquier especulación que podamos elaborar sobre ellas. También podemos aventurar —por esta incompleta naturaleza— que todo lo que van produciendo los artistas pueda entenderse como fragmentos, partes sueltas o incluso capítulos de un conjunto mayor que tal vez debería leerse e interpretarse entonces como si de una ‘gran novela’ se tratara, pues las decisiones de los artistas no se construyen ni se mantienen del mismo modo ni bajo las mismas circunstancias ni contextos; y que, por encima de cualquier consideración, toda obra o conjunto de obras siempre permanecerá en una suerte de inacabamiento, pues de no ser así, ¿Qué podría esperarse de algo que ya no admite cambio? ¿Estaría esa obra u obras destinadas a ser lo que el artista quiere que sea o lo que esas obras mismas dicen ser, obviando así cualquier otra contingencia interpretativa?