‘GOYA TRAS LA CORTINILLA’

 

Los Caprichos y dibujos de Goya están llenos de petimetres, muchachas y viejas que se exhiben o se miran al espejo. En nuestro tiempo ese lugar de exhibición personal ya no son las alamedas, sino Instagram. En los “selfies” de Cecilia de Val, la imagen se degrada, se diluye, como en todas las imágenes que ha estado manejando lo artista, que más que manipuladora de las mismas, es testigo de su inmolación, invitándonos a acompañarla a ver cómo se le van las fotos de las manos, o más bien de la vista. Una “crisis” de la imagen, imagen de la crisis de estos tiempos, dice Cecilia de Val, con paralelo, doscientos veinte años atrás, en una crisis que fue tal vez mayor aún que la nuestra, cuando las imágenes del poder se desenmascararon a sí mismas, y en un suicidio colectivo, se transfirieron a ese depósito de detritos que es el museo. Goya, sin embargo, será el artista que siga incomodando en el museo.