La utopía de transformar el mundo mediante la mejora del espacio habitable fue uno de los anhelos del Movimiento Moderno y los artistas pertenecientes a la corriente geométrica entendieron que debían sumar sus experimentos en torno a la ordenación del espacio a ese ideal constructivo. Con la referencia permanente de la Bauhaus y la influencia de Jorge Oteiza, Gio Ponti o Alberto Sartoris, un buen número de creadores españoles entendieron que el camino era la industrialización y la disolución de las categorías artísticas en un arte integrado en la arquitectura como eje articulador. A esta deliberada confusión de las categorías artísticas se unieron artistas, arquitectos y diseñadores como Miguel Fisac, Jesús de la Sota, Javier Carvajal, Equipo 57, José María de Labra, José Luis Sánchez o Néstor Basterretxea.
Antes de su largo viaje americano, Jorge Oteiza conoció de primera mano las inquietudes de la incipiente modernidad practicada en San Sebastián en los años treinta y guardó entre sus ideales el modelo y la doctrina de la Bauhaus que propugnaban la eliminación de las fronteras de las disciplinas artísticas y ponían el diseño en un lugar preeminente. Más allá de algunos muebles realizados para su mecenas Juan Huarte, el escultor prefirió seguir el camino metafísico de la ordenación del espacio a través de sus cajas vacías, a las que llamaba “muebles espirituales”. Pero también ejerció una poderosa influencia para que algunos artistas asumieran que la práctica del diseño formaba parte de esa idea de modernidad. Durante su etapa de trabajo junto al arquitecto Rafael de la Hoz en la Cámara de Comercio de Córdoba puso en este camino a varios de los artistas que formarían primero el Grupo Espacio y luego el Equipo 57. Esta exposición muestra algunas pinturas, esculturas y piezas de mobiliario de varios de los artistas que fueron marcados por este impulso. Así, se podrán ver obras -tanto en su trabajo colectivo como individual- de Néstor Basterretxea así como de algunos miembros del Equipo 57 como Ángel Duarte o Agustín Ibarrola.
Prerrogativas parecidas siguieron otros artistas geométricos -también llamados normativos- como algunos integrantes del grupo Parpalló. Este grupo tuvo a su propio diseñador, Martínez Peris, pero fue Andreu Alfaro el autor de la silla que se podrá ver en la exposición. También estuvo adscrito puntualmente a Parpalló el pintor gallego José María de Labra, uno de los más activos defensores de la integración de las artes desde su colaboración con Miguel Fisac como creador de vidrieras o mediante su participación en proyectos paradigmáticos de esta manera de entender el arte y la arquitectura como el Pabellón de España de la Triennale de Milán de 1957, la creación en el mismo año de la Sociedad Española de Diseño Industrial (SEDI) o el Pabellón de España en la Feria Mundial de Nueva York de 1964, para el que diseñó una serie de geniales celosías geométricas. Javier Carvajal, el creador de este premiado edificio -también del pabellón de la Triennale-, quizá fue el arquitecto que mejor supo integrar la escultura mural -véanse sus trabajos con José Luis Sánchez- y el que más atención dedicó al diseño de mobiliario, siendo su pieza más conocida la butaca Granada creada para el mismo pabellón de Nueva York. Esta exposición conjunta de las galerías José de la Mano y Studiolire muestra algunos de los resultados de ese empeño en el que el diseño industrial se convirtió entre los años cincuenta y setenta en uno de los elementos imprescindibles para conseguir la ansiada integración de las artes.