Marta de los Pájaros

Marta de los Pájaros - Silencio V. La desnuda plenitud del fruto de la nada

Técnica: Mixta (collage y paperclay) sobre madera

Biografía del Artista: Marta de los Pájaros es una artista visual nacida en Barcelona en 1984, donde actualmente reside y trabaja. Su obra se centra en la exploración de la identidad y la construcción social de los géneros a través de la pintura, el dibujo y la instalación.De los Pájaros comenzó su formación en la Escuela de Arte y Diseño de Llotja, en Barcelona, y posteriormente se trasladó a Nueva York para estudiar en la Parsons School of Design. Su obra ha sido expuesta en numerosas exposiciones individuales y colectivas en España y en el extranjero.La artista se inspira en la teoría queer y en la lucha por los derechos LGTBQ+ para crear obras que cuestionan las normas de género establecidas. Su obra se caracteriza por el uso de colores vibrantes y una técnica pictórica expresionista, en la que los trazos gestuales y las pinceladas sueltas crean un efecto de movimiento y dinamismo en la obra.Además de la pintura y el dibujo, De los Pájaros ha explorado la instalación y la performance, creando obras que invitan al espectador a participar activamente en la experiencia artística.

 

Las voces de la naturaleza en seis Silencios Este proyecto alcanza el clímax de lo que vienen siendo las líneas discursivas de mis últimos proyectos. En él se plantea, de manera más radical y contundente, la relación que la especie humana debería tejer con la naturaleza y el respetuoso lugar que nos tocaría ocupar en ella. Vivimos en un mundo individualista y acelerado, regido por los principios de velocidad, productividad, impaciencia y recompensa inmediata. Somos rehenes de una actitud instrumentalista, con la que observamos el mundo desde nuestros propios intereses y reducimos nuestro entorno a instrumentos a partir de los cuales poder lograr nuestros objetivos. Estamos ensimismados en un Yo insoportablemente ruidoso e incapaz de escuchar; nos hemos aislado tanto en nuestra burbuja que ya no somos capaces de reconocernos fuera de ella, como parte del maravilloso entramado de vida formado por el resto de los seres vivos y ecosistemas de este planeta a los que, por contra, explotamos de manera que más de 26.000 especies se encuentran en el umbral de la extinción y la biosfera en jaque debido al calentamiento global provocado. Hablamos de Sexta Extinción como si la causa no estuviera vinculada a nuestras acciones y a pesar de avanzar hacia un precipicio sin retorno, parece que tenemos incluso tiempo de acuñar conceptos como el de Antropoceno para designar la era en la que vivimos, emplazándonos de nuevo en el centro y reafirmando nuestro proyecto de dominio. Las voces de la naturaleza en seis Silencios es una serie que nace en respuesta a esta situación, como un BASTA mayúsculo que implosiona sin hacer ruido en un blanco sobre blanco humano que cede espacio y protagonismo al colorido de las voces de la naturaleza. Seis obras, seis silencios espacio-temporales que nos conceden otro tipo de ritmo, menos apresurado, para acudir al re-encuentro horizontal con la naturaleza; al abrazo con la verdadera libertad, aquella a la que llegamos escuchando, acallando los ruidosos monólogos de nuestro Yo, sin imponer la propia identidad sobre el mundo y con mucho diálogo y respeto hacia lo diferente; al despojo de la actitud instrumental dominante en favor de una más desinteresada, que nos brinda la oportunidad de ver más allá de nosotros mismos y entender que simplemente somos una entre tantas otras especies que co-habitan este planeta. Seis collages que se resuelven formalmente como fracciones matemáticas cuyo denominador común es siempre el mismo: el silencio humano. Unas composiciones cuyo peso visual reside en una naturaleza que se hace ver y oír; que reivindica la importancia de entender a los animales, a nosotros incluidos, como habitantes de sus ecosistemas. Por primera vez, mis obras demandan la ausencia del lenguaje (de la palabra) en ellas, como parte fundamental del ejercicio de silencio, de acallar nuestra voz y dar espacio a la de la naturaleza. Los pájaros, constantes en todas ellas, como animales con lenguaje propio son quienes mejor representan esta voz. Además, devienen el elemento que vehicula la entrada del espectador en el espacio compositivo al poder llegar a reconocerse en las actitudes humanizadas que de ellos emanan. Cargados de simbolismo, representan la ligereza que se libera de la pesadez terrenal, de la cárcel que hemos construido y en la que nos hemos recluido; representan la necesaria libertad desde la que nuestras miradas deben reconciliarse con nuestro entorno, a la vez que simbolizan los estados superiores del ser, fundamentales para poder llegar a abrazarlo. Seis obras que en diálogo arrojan luz al discurso y asumen la responsabilidad moral del ecocidio que estamos provocando desde el silencio esperanzador que escucha lo diferente. Seis obras permeables, que ofrecen una experiencia visual para despertar, de una vez por todas, nuestra condición ecodependiente. Seis obras que, en definitiva, esperan ser recorridas de tantas formas como miradas silenciosas logren reactualizarlas. Marta de los Pájaros