El trabajo de Belén Uriel (Madrid, 1974) analiza el espacio, tanto material como simbólico, que existe entre los cuerpos y los objetos que los rodean. Su práctica artística interactúa con diferentes materiales, como el vidrio, el hierro o el bronce, para crear diálogos formales en los que se cuestionan conceptos como la producción del ocio o la mercantilización de las relaciones humano-naturaleza. Para esta exposición, Uriel presenta un cuerpo de trabajo inédito en el que la anatomía y la forma en la que ésta es cosificada son protagonistas. Sus propuestas escultóricas navegan dentro de una biología poética que combina lo robusto y eterno con lo sutil y lo frágil, invitando al espectador a habitar un ecosistema en el que la memoria del cuerpo es capaz de construir alternativas y replantear las formas en las que se relaciona con su contexto.