Claudia Terstappen

Claudia Terstappen - "Nueva Zelanda I"

Biografía del Artista: Claudia Terstappen nació en 1959 y su obra creativa fue principalmente influenciada por la década de 1970. El Conceptualismo se percibe a menudo como una reacción al Minimalismo y al movimiento artístico dominante de los años 70, desafiando los límites del arte con características revolucionarias. Los movimientos que surgieron representaron un fuerte deseo de progreso y consolidación en el mundo del arte en respuesta a las tensiones de los años 60 anteriores. El arte del proceso se ramificó del Conceptualismo, destacando algunos de sus aspectos más esenciales, pero yendo más allá para crear viajes artísticos misteriosos y experimentales. El Land Art llevó la creación al aire libre, iniciando las primeras filosofías del medio ambiente.En Alemania, la pintura figurativa expresionista tuvo otra oportunidad por primera vez desde la decadencia del Expresionismo Abstracto, casi dos décadas antes. El género recuperó su distinción a través de las pinceladas de Gerhard Richter, Anselm Kiefer y Georg Baselitz. La mayoría de los artistas aclamados por la crítica de los años 60 que habían obtenido éxito y popularidad mantuvieron su estatus en los años 70. Andy Warhol fue una figura clave en ambas décadas, y en los años 70 comenzó a experimentar con películas y publicaciones de revistas, involucrándose en una actividad intercultural que ningún otro artista visual de su categoría había emprendido anteriormente. Al hacerlo, aseguró su estatus como celebridad.La posición cosmopolita y refinada que la ciudad de Nueva York había mantenido en los años 60 siguió siendo igual de influyente en los años 70. Con múltiples artistas de renombre mundial gravitando hacia las galerías y la escena del centro, la ciudad fortaleció una vez más su reputación como el corazón artístico de la generación. El arte callejero empezó a aparecer como una verdadera y reconocida forma de arte hacia el final de los años 70. Jean-Michel Basquiat y Keith Haring fueron pioneros en demostrar que sus obras podían existir al mismo tiempo en galerías de arte y en entornos urbanos. El arte callejero, impulsado por el arte del graffiti, demostró desde sus primeros días que podía resistir en un flujo perpetuo de autotransformación, desplazando continuamente los límites del arte moderno, convirtiéndose en un género artístico realmente innovador.